"Fármaco", Almudena Sánchez

  • Título: Fármaco
  • Autora: Almudena Sánchez
  • Género: Narrativa
  • Editorial: Literatura Random House
  • ISBN: 978-8439738749

 "La incomprensibilidad ejerce un enorme poder sobre nosotros cuando estamos enfermos, más legítimamente quizá de lo que admitirá el sano. En la salud el significado ha usurpado el sonido. La inteligencia domina los sentidos. [...] No debería permitirse que este gigantesco cine funcione en una sala vacía"

Virginia Woolf

Fármaco es la historia de Almudena en “sus años de la depresión”.

Fármaco es un grito, un llanto, una catarsis, una confesión y una biografía. La biografía de la depresión.

Fármaco son pastillas de colores, ganas de morirse y de matarse, lucha a veces sin fuerzas y sin ni siquiera saber cómo luchar contra algo que está dentro de ti, que eres tú misma, que te ocupa por entero.

Fármaco es una historia de esperanza dentro de la desesperanza. Una historia de valentía llena de miedos, de desesperación, de infancia, de adolescencia, de edad adulta y de un cerebro; un cerebro “enfermo, eufórico, huidizo, salpimentado de recuerdos”

Es este un libro que habla de la depresión desde la depresión. Un libro escrito en primera persona en el que la Almudena escritora deja que hable la Almudena enferma, deprimida, medicada ¿es la depresión la que narra esta historia, esa primera persona que estamos leyendo? Un texto sin paliativos, sin paños calientes, directo y conciso, pero sin regodeo ni sensacionalismo que incluso tiene ironía y humor mezclados con la desesperación. Un texto sincero y honesto. Unas páginas divididas en capítulos cortos en los que a veces vas a sentir la belleza de la poesía, otras el golpe que te deja sin respiración y otras el desorden de los pensamientos llevados al papel…desorden difícil de entender y de encajar: el desorden mental, el desorden de una mente enferma (por si no fuera ya bastante desordenada la mente humana)

De no ser libros de “autoayuda”, médicos o de divulgación científica, no ha caído nunca en mis manos literatura en la que la depresión no pase de puntillas. No es un tema que se trate en profundidad. Hay algún personaje que está deprimido (o que banaliza el “estar deprimido”), alguna definición exacta de la enfermedad y lo que se siente que se rodea y se adorna hasta que se invisibiliza, hasta que pasa a ser secundario. Literatura con visos de realidad. Aquí no, aquí hay realidad hecha literatura. Una realidad con la que me he sentido totalmente identificada y representada. Para bien y para mal.

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El miedo a que nunca se vaya -la depresión- es algo que atormenta cuando estás pasando por ella. El miedo a que vuelva -cuando consigues que se vaya- es algo que nunca nos abandona, es una espada de Damocles sobre nuestra cabeza que nos hace estar alertas ante cualquier insignificancia. La relación amor-odio que establecemos con los fármacos es algo que solo las personas que hemos pasado o pasamos por una enfermedad mental conocemos. Fármaco es un libro que hay que leer y atesorar al lado de los “de cabecera”.
 
"Que somos personas perdiendo amores preciosos por el camino. Me duele como un rayo. Y el rayo se clava y después del relámpago viene el trueno, eso me enseñaran de pequeña, pero el rayo qué es: la depresión es el rayo." (Pág. 64)

"Mi memoria se enpeña en recordarme que he sufrido. Que me han dañado. Que he experimentado el dolor en todas sus formas: abdominal, físico, climático. Y los tres a la vez: meteórico. Dolor todopoderoso. Eso solo lo sabe Dios." (Pág. 70)

"Vivir con depresión es vivir con un muerto a cuestas . Conversar con él. Ducharte con él. Una mañana me metí en la ducha y casi consigo lavarme entera, pero me tope con una fuerza sobrehumana que no me dejó aclararme el pelo. Me enjaboné y no pude más. El pelo blanco, espumoso, se me resistía. No conseguí aclarármelo porque no era capaz de subir el brazo derecho con la alcachofa de la ducha en la mano: me pensaba un quintal. Y me quedé así. Mojada. Temblando de frío, de miedo, de frío. Creo que grité:
¡Matadme ya! (Pág. 162)

Comentarios

  1. Tremenda reseña y es que el libro debe serlo. Lo tuve en mis mano en la libreria, ya que era un encargo para un cliente y como de costumbre le eché un vistazo. Sabía que tenía que leerlo. No he tenido depresión pero esos momentos vitales de desesperación y amarga tristeza donde sucumbir si. No sé si será comparable. Lo leeré de todas formas. Un abrazo

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