"Las ceremonias del verano", Marta Traba
- Título: Las ceremonias del verano
 - Autora: Marta Traba (1966)
 - Género: Narrativa, novela
 - Editorial: Firmamento (2021)
 - ISBN: 978-8485859269
 
 
Con el verano siempre como telón de fondo, Marta Traba 
nos va a relatar en esta novela, dividida en cuatro partes, cuatro 
momentos distintos en la vida de una mujer, todos ellos independientes, 
pero a la vez complementarios y necesarios para conocer su evolución.
En
 ‘Il Trovattore’ encontramos a una adolescente de 14 años que vive en un
 pueblo de la provincia de Buenos Aires. Una lectora voraz y apasionada 
que vive su vida como si fuera una novela.
‘París era una fiesta’
 nos va a llevar por las calles de la capital francesa de la mano de una
 joven de 20 años, estudiante y pobre, que mantiene su sed de cultura y 
es deslumbrada por París mientras conoce la cara y la cruz del amor.
En
 ‘La vermeeriana’, nuestra protagonista/narradora se ha convertido en 
madre y vive en una pequeña población italiana cercana a Roma, en el 
campo. Mantiene una lucha interna consigo misma entre la calma 
protectora que le ha procurado su aislamiento voluntario y la necesidad 
de una vida más bulliciosa, más rica y apasionante.
La última 
parte ‘¡Pase! ¡Vea! ¡Entre! al laberinto del amor…’ leeremos las 
reflexiones de una mujer madura que es consciente del paso del tiempo y 
rememora otros veranos de su vida esta vez desde una ciudad sin nombre 
que podría ser cualquier ciudad.
Todas las partes están unidas 
por muchas cosas en común, cosas que voy a intentar plasmar aquí, aunque
 ya advierto que es complicado expresar la totalidad de la riqueza de 
esta novela y, mucho más complicado aún, las sensaciones que he 
experimentado leyéndola. En primer lugar, el cambio de voz narradora 
(unas veces en primera persona y otras en tercera) me parece algo 
soberbio: la protagonista unas veces se ve desde dentro de sí misma y 
otras actúa como narradora omnisciente que todo lo ve, pero sin dejar de
 ser ella. La memoria y el olvido son algo que sobrevuelan 
constantemente la historia; son vividos quizá de una forma obsesiva por 
parte de la protagonista, con la rapidez propia de las asociaciones 
mentales y al mismo tiempo con un tono poético que me ha encantado.  
La soledad, el amor y la muerte también son temas que 
aborda esta novela, sentimientos que, junto a las propias ciudades donde
 se desarrolla la acción y el calor sofocante del verano, son 
co-protagonistas en toda la obra.
No puedo decir que sea un 
libro para todo el mundo ni que resulte una lectura sencilla. Su 
lenguaje es rico y elaborado, y el estilo poético y referencias 
culturales exigen una atención y concentración extras a la hora de coger
 el libro en las manos. A mí me costó entrar en él (de hecho, decidí 
aparcarlo y comenzarlo de nuevo en un momento más tranquilo a nivel 
personal) pero cuando conseguí cogerle el punto se ha convertido en un 
viaje alucinante no solo por la(s) historia(s) que nos cuenta y por las 
ciudades que tan bien nos retrata, sino por el espacio mental de la 
narradora y por el lenguaje.
Terminar diciendo que ‘Las 
ceremonias del verano’ obtuvo el Premio Casa de las Américas en 1966 
entre otras cosas “por su alta calidad literaria”. 
"Hay que hacer con la felicidad lo mismo que los chinos con las cosas que quieren, aman y temen; no nombrarla, no darse por enterado de que existe y, sobre todo, no convertirla, o pretenderlo al menos, no convertirla en propiedad privada. En cuanto te afirmas en su posesión, sacas los papeles correspondientes de propietario y le pones, en todo tu derecho de poseedor, el pie encima, se arma un verdadero escándalo de alas, una subversión vertical de los ángeles, y el entrechocar de alas es tan irresistible y frenético que al fin ya no sabes lo que haces, te extravías, y te es revocada brutalmente la revelación."
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