El miajón de los castúos, Luis Chamizo
Mi abuelo hablaba poco, expresaba poco, parecía que solo lo importante merecía el esfuerzo que supone articular más de dos palabras seguidas. Pero quería y cuidaba mucho. Mi abuelo también hablaba mal -o eso pensaba la niña que un día fui- hablaba poco y mal, mezclando palabras "bien dichas" con otras "mal dichas". Mi abuelo era una persona inculta que hablaba mal, y la niña que yo era tenía la desfachatez de corregirlo, de poner letras donde faltaban y arrebatarlas de donde sobraban. Qué soberbia de niña privilegiada, qué desfachatez valiente de ignorante.
Cuando, creo que en el instituto, leí por primera vez este libro, toda mi vanidosa inteligencia y presunción cultureta se vino abajo: no, mi abuelo no hablaba mal, mi abuelo no pronunciaba mal, mi abuelo no inventaba palabras... Mi abuelo era un señor mayor, extremeño, de pueblo, que hablaba como algún día habló mucha gente aquí, que sin proponérselo pasaba a las siguientes generaciones algo muy nuestro, algo perdido, algo que ni siquiera él sabía que hacía y que nosotros no supimos ver.
Me emociona contaros esto tanto como me emociona leer estos poemas y escuchar en ellos la voz de mi abuelo. Nuestras cosas en nuestra lengua, porque El miajón de los castúos no es solo un poemario en castúo, son historias de una época determinada en un lugar determinado.
Nunca nos pusimos de acuerdo en si mi pueblo era pueblo o ciudad, tampoco parece haber acuerdo en si el castúo es idioma, lengua o dialecto, no entraré yo en ese debate, porque para mí el castúo es mi abuelo y sus historias de la oveja paría y la gallina clueca; de la Mori pastoreando y los guisos de criadillas, espárragos y cardillos.
Mi poema favorito -favorito hasta las lágrimas- es y siempre será 'La nacencia'. Me encantaría que lo escucharais recitado por Fernando Glez. con Luis Verdú a la guitarra (en Youtube) y me dijerais qué os dice a vosotros. Si este post y ese audio os animan a leerlo, para mí sería un regalo maravilloso.
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ResponderEliminarPrecioso. Tanto que duele. Gracias por tu blog.
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