"Hasta luego, fututo", Laura Urcelay
- Título: Hasta luego, futuro
- Autora: Laura Urcelay
- Género: Narrativa
- Editorial: Autopublicación
- ISBN: 979-8607581497
"Hoy he decidido que voy a ser escritora" Así comienza esta novela de Laura Urcelay. La que habla es Rawiya, una niña palestina de 12 años que siente la necesidad de "dejar constancia de lo que ocurre" el mismo día del funeral de su mejor amiga, Nadya, asesinada por un colono israelí a plena luz del día, en plena calle, en la ciudad de Nablus (Cisjordania)
La novela es en realidad el diario que escribe Rawiya a lo largo de seis meses y en el que la autora mezcla realidad con imaginación (que no ficción) para contarnos el día a día de esta niña, su familia, amigos y del pueblo palestino en general: el miedo constante, las injusticias, detenciones, asesinatos que no suelen ser condenados, la vida en los campos de refugiados, la identidad, la resistencia y la resiliencia.
Es una lectura muy emotiva y tierna, la voz narradora está muy conseguida: la de una niña con su lenguaje propio y sus transformaciones hacia la mujer que un día será. Tiene fragmentos que me han puesto la piel de gallina, muy duros, más duros aún por la realidad que hay detrás. Los personajes están muy bien desarrollados, he adorado a todos (en especial a Rawiya y a su "abuelito") La autora es capaz de transmitir a la perfección ese sentimiento que tienen todos de ser extranjeros en su propia tierra, algo muy desesperanzador que me ha recordado un libro que leí hace tiempo y que es uno de mis favoritos: " En presencia de la ausencia" del poeta palestino Mahmud Darwish (súper recomendado).
Cada capítulo es un día en el diario de esta niña que me ha robado el corazón. Son capítulos cortos y en cada uno de ellos se nota la naturalidad de su narradora, su inocencia, su madurez forzada por las circunstancias, su concienciación sobre la vida que le ha tocado en suerte. Me ha gustado especialmente la falta de dramatismo gratuito en la obra, Laura no se regodea, no escarba en el dolor y la angustia. También me ha encantado el protagonismo que tienen las mujeres: luchadoras, fuertes, inconformistas, guerreras.
La autora escribe este libro con conocimiento de causa, ya que vivió (y convivió) en Cisjordania desarrollando un programa psicoeducativo y plasma en esta novela sus vivencias y sentires. También introduce acontecimientos reales que ocurrieron en las fechas en las que transcurre el diario de Rawiya, acontecimientos fácilmente reconocibles y que pasan a formar parte de la historia de la protagonista.
Y como nada es perfecto os cuento lo que me ha faltado, dejando constancia de que no lo veo como fallo de la novela, la historia es la que es y está claro desde qué punto de vista se narra. Voy a intentar explicarme: en el conflicto palestino-israelí hay dos bandos, ni todos son buenos ni todos son malos, sería imposible analizar en una publicación como esta los porqués, los puntos de vista, quién es más víctima que quién. La novela se centra por un lado en la parte palestina/víctima y por otra en la parte israelí/verduga. He echado de menos alguna referencia a los contrarios, es decir, a la parte israelí no radical que se moviliza por los derechos humanos de los habitantes de los territorios ocupados y a la parte palestina sí radical que se defiende y venga de manera violenta. ¿Un poco de ecuanimidad por parte de la autora manteniendo la línea de realidad? sí, podría llamarlo así, pero repito que es más una necesidad mía que fallo del libro, ya que, vuelvo a decir, el lado desde el que se cuenta está claro y logrado.
Para concluir: una novela que se lee muy bien cargada de ternura y emotividad, muy bien escrita y que no decae en ningún momento. Un libro que nos habla del amor, la amistad, la familia, el poder sanador y de protesta de la escritura, la dignidad y la resistencia. Una lectura muy recomendable que os va a encantar y que, a pesar de todo, está cargada de esperanza.
Desde luego el título es suficientemente explicativo, no sé si del contenido del libro, pero sí de la realidad que los niños tienen en esa parte del mundo en la que se ha vivido en conflicto... supongo que desde siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Puede que el título no sea del todo lo que parece 😉.
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