"El consentimiento", Vanessa Springora

  • Título original: Le consentement
  • Autora: Vanessa Springora
  • Traductora: Noemí Sobregués
  • Género: Narrativa (Novela biográfica)
  • Editorial: Lumen
  • ISBN: 978-8426409270

 

Supongo que ya todo el mundo conoce este libro y la historia que hay detrás de él. Creo que no es necesario dejar un resumen y la verdad es que tampoco yo sabría por dónde empezar a describir las barbaridades que hay en esta novela/biografía. Pero si eres de las pocas personas que no ha oído hablar de 'El consentimiento' esta es la sinopsis de la editorial:

"Con trece años, Vanessa Springora conoce a Gabriel Matzneff, un apasionado escritor treinta y seis años mayor que ella, tras cuyo prestigio y carisma se esconde un depredador. Después de un meticuloso cortejo, la adolescente se entrega a él en cuerpo y alma, cegada por el amor e ignorante de que sus relaciones con menores llevan años nutriendo su producción literaria. Más de treinta años después de los hechos, Springora narra de forma lúcida y fulgurante esta historia de amor y perversión, y la ambigüedad de su propio consentimiento. Su maravillosa novela ha hecho, según el diario Le Monde, «arder Saint-Germain-desPrés»: el caso Matzneff cuestiona a la intelectualidad francesa y a una sociedad obnubilada por el talento y la celebridad."

El sentimiento de asco y las ganas de romper cosas me ha acompañado durante toda esta lectura, y es curioso, porque Vanessa no aprovecha las circunstancias para utilizar un estilo especialmente impactante, en realidad es bastante aséptica limitándose a narrar sus recuerdos y emociones en base a unos sucesos impactantes de por sí.

También la rabia por la impunidad de la que los pedófilos y depredadores sexuales disfrutan en más ocasiones de las que imaginamos, y la inmensa tristeza de pensar en las personas que callan sus tempranas (o no tanto) experiencias, sus heridas no curadas, sus sentimientos de culpa, etc. han estado conmigo durante estas doscientas páginas que he devorado en horas. Estamos ante una novela que atrapa al mismo tiempo que horroriza.

La historia de Vanessa Springora se lee con el alma encogida, pero no puedes dejarla a un lado, no debemos dejarla a un lado. Esta historia de Vanessa -y de otras "Vanessas"- necesita ser contada. Necesitamos ser golpeados por ellas e impedir que sigan produciendose. No debemos ser cómplices con nuestro silencio (como gran parte de su propio entorno y del pederasta Gabriel Matzneff) de actos tan atroces, porque el silencio de la sociedad alienta al delincuente a mantener y perpetuar sus delitos.

Cuando hay una relación en la que claramente uno de los mienbros posee algún tipo de poder sobre el otro -como es el caso de relaciones sexuales entre una persona adulta y otra cuya edad no alcanza la mayoría de edad sexual (el debate sobre cuál debería ser esa edad ya es otra cuestión)- el consentimiento es impensable e imposible. Una no puede tomar ciertas decisiones si no es plenamente consciente de a quién ni a qué se está exponiendo. La responsabilidad de un abuso jamás debería recaer sobre la víctima, pero cuando -como en este caso- es un hombre de cincuenta años el que se interesa y seduce a niñas y niños de catorce años (e incluso menores), ejerciendo sobre ellos un control absoluto hasta el punto de alejarlos de sus familias y amigas para poder controlar todos sus actos e incluso pensamientos, nadie debería ver ahí ni un resquicio de consentimiento, dadie debería dudar ni un segundo del abuso que se está dando, nadie debería quedarse sin hacer nada y menos aún justificarlo ni aplaudirlo. 

Recomiendo muchísimo su lectura porque, aunque dura, es necesaria.

También quiero dar las gracias a Elena de Atrapa un libro por el préstamo del libro y recomendarte que, si tienes Instagram, no dejes de seguir su cuenta; comparte contenido literario muy interesante y muy buenas recomendaciones.

 

Algunos fragmentos de la novela:  
 
"Un padre ausente que ha dejado un vacío insondable en mi vida. Una gran afición a la lectura. Cierta precocidad sexual. Y sobre todo un enorme deseo de que me miren. 
Ahora se cumplen todas las condiciones."
 
"Al poner la mira en niñas solitarias, vulnerables, con padres desbordados o irresponsables, G. sabía muy bien que nunca amenazarían su reputación. Y quien no dice una palabra consiente"
 
"Si las relaciones sexuales entre un adulto y un menor de quince años son ilegales, ¿por qué esa tolerancia cuando son obra del representante de una élite, un fotógrafo, un escritor, un cineasta o un pintor? Se supone que el artista pertenece a una casta aparte, que es un ser con virtudes superiores al que concedemos la omnipotencia, (...)"
 
"(...)¿cómo admitir que han abusado de nosotros cuando no podemos negar que lo hemos consentido? ¿Cuando, como en este caso, hemos deseado a ese adulto, que no tardó en sacar provecho? Durante años también yo lucharé contra la idea de ser una víctima y seré incapaz de reconocerme en ella." 

Comentarios

  1. Me encantó tu lectua, a pesar de la dureza de la experiencia y la lectura. Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias a ti, me alegra que te haya gustado. La verdad es que es un libro duro y es difícil hablar de él, pero hay que leerlo

      Eliminar
  2. Me lo compré hace unos días porque tengo ganas de leerlo desde que se publicó en España. Pero entre El club de los mentirosos, Loca y mi estado mental/emocional ahora mismo... No sé.

    Todo ese asunto de la pedofilia en Francia... Bueno, en Francia porque se está destapando, pero en Francia y en todos lados. Todo ese asunto me recuerda a la película de Chicho Ibáñez Serrador Quién puede matar a un niño y es entonces cuando me doy cuenta de por qué los niños de la película hacían lo que hacían, porque en realidad hay cosas peores que matarlos y hay gentuza que hace esas cosas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por pasar, linda. Busca el momento, pero te digo desde ya que aunque el tema es duro el lenguaje utilizado y el estilo narrativo no es ni muchísimo menos tan impactante como los que me dices. Vanessa es muy aséptica y no usa el dramatismo ni el regodeo; es una lectura relativamente fácil.
      Ya me contrás.
      Un abrazo

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

"La mujer helada", Annie Ernaux

"En la unión está la fuerza. Una historia de gallinas", Laurent Cardon

"Tierra sin hombres", Inma Chacón