"El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes", Tatiana Țîbuleac

 
  • Título original: Vara în care mama a avut ochii verzi 
  • Autora: Tatiana Țîbuleac
  • Traducción al castellano: Marian Ochoa de Eribe
  • Género: Narrativa
  • Editorial: Impedimenta
  • ISBN: 978-8417553036 


«Aquella mañana en que la odiaba más que nunca, mi madre cumplió treinta y nueve años. Era bajita y gorda, tonta y fea. Era la madre más inútil que haya existido jamás. (…) La habría matado con medio pensamiento».

De esta manera tan cruda y atroz comienza “El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes”.

Aleksy, ya adulto, nos relata el último verano que pasó con su madre en un pueblecito francés. Él es un chico que padece una enfermedad mental -aparte de un trauma infantil relacionado con su madre- y que está en un centro psiquiátrico. Ella, una mujer que siente que ha desperdiciado su vida -nada fácil- y que también quedó bastante tocada con la muerte de su hija.

Aleksy odia a su madre, se odia a sí mismo, aborrece a todo el mundo y detesta su vida en general con todo lo que hay en ella y que le rodea. Es una persona violenta y, aunque su enfermedad mental carece de etiqueta durante toda la novela, se dan algunas pistas sobre cuál puede ser.

Vivimos junto a madre e hijo un verano en el que los fantasmas no dejan de atormentar y los rencores se niegan a desaparecer. En el que Mika (hermana) y Moira tienen su papel en forma de recuerdos en la mente del narrador. Un verano en el que el odio y el rencor, aunque no desaparecen de pronto, van dando paso al amor y el perdón, desembocando en reconciliaciones con ellos mismos, con sus vidas y con el otro. Unos meses en los que se hacen presentes el uno para la otra, se entienden, comprenden, aman y perdonan. 

Tatiana Tibuleac tiene una pluma maravillosa, asequible y poética, que te atrapa y envuelve sin dejarte que abandones la historia hasta terminarla, a pesar de saber casi desde el principio cual es el final. Esta novela está llena de poesía y sabiduría (no voy a poner ningún fragmento porque me costaría elegir, he marcado decenas de ellos). Parece realmente increíble que sea la primera novela que escribe esta mujer.

El estar dividida en capítulos cortos es otro punto a favor de esta novela, ya que facilita la lectura y te da los momentos de “pausa” necesarios antes de enfrentar el siguiente capítulo.

A partir de un argumento aparentemente sencillo, la autora es capaz de crear esta obra de arte con el poder de transmitir a la perfección un retrato de la mente y los sentimientos humanos, y lo complicadas que pueden ser a veces las relaciones materno fíliales.

Es una historia durísima y demoledora, pero tan bellamente escrita que sería una locura tenerle en cuenta las veces que te quedas hecha polvo durante su lectura. A pesar de la dureza, Tatiana nos da una de cal y una de arena, nos da algunas treguas y nos rescata del dolor con un poco de bondad, esperanza y, sobre todo, amor; treguas que estremecen igual de intensamente que las partes más duras

Aunque pueda sonar contradictorio, hay una gran dosis de ternura en esta lectura. Así es “El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes”, una joya recomendable al 200% capaz de hacerte llorar y sonreír al mismo tiempo; capaz de removerte y quedarse en tu cabeza junto a ese verano en que la vida, por una vez, fue amable y mereció la pena.

No puedo terminar esta reseña sin valorar también muy positivamente el trabajo de traducción de Marian Ochoa de Eribe: excelente, no creo que la traducción pierda ni una pizca de fuerza respecto al original.

Después de cerrar el libro, dos preguntas rondan mi cabeza: ¿Cómo me enfrento a mi próxima lectura sabiendo que esta es tan difícil de superar? ¿Para cuándo otro libro de esta gran escritora?

Comentarios

  1. Casi se me cae una lágrima leyéndote, no quiero imaginar cómo es libro poniéndolo como lo pones. Está en todas partes.

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    1. Intenté no leer ninguna reseña "peligrosa" antes de enfrentarme al libro. Ni siquiera leí la contraportada, pero sí es cierto que estaba y eata por todas partes con unas críticas fabulosas. Monte voy a negar que iba con miedo, porque no sería la primera vez que voy con unas expectativas tan altas que me quedo como a medias (generalmente con obras que sí que son buenas); pero con este libro no me ha pasado en absoluto. Es bestial. Es arte

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  2. Me lo he leido de un tirón en una tarde,aunque no pretendo hacer unas reseñas como las vuestras,Coco y Veda,pondré unas pocas palabras en los grupos de mis clubes de lectura.

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