"El despertar de Lázaro", Julieta Pinto
- Título: El despertar de Lázaro
- Autora: Julieta Pinto (1994)
- Género: Narrativa
- Editorial: Firmamento (2021)
- ISBN: 978-8412340723
Todo
el mundo (o casi) sabe a lo que nos referimos si hablamos de la
resurrección de Lázaro de Betania. Es un acontecimiento que aparece en
la Biblia una sola vez (si no me equivoco) en el Evangelio de Juan
Capítulo 11 versículos 1-44. Aunque las hermanas de Lázaro, amigas al
igual que él de Jesús, avisaron a este de que su hermano estaba enfermo y
le rogaron que hiciera con él lo mismo que ya había hecho con otros
enfermos, o sea, salvarlo, Jesús no acudió a su encuentro hasta que ya
era tarde y su amigo ya llevaba cuatro días muerto. Jesús obró el
milagro y, pronunciando las famosas palabras “Lázaro, levántate y anda” o
“Lázaro, sal fuera” (según la traducción que se tome como referencia)
resucitó a su amigo.
Historia conocida esta, como decía al
principio, por casi todo el mundo creyente o no, pero ¿qué sintió Lázaro
durante su agonía viendo que Jesús, en el que confiaba plenamente, no
aparecía? ¿Qué sentimientos y emociones afloraron en él al volver de la
muerte? En pocas palabras ¿cuál es la versión del hombre resucitado?
Julieta
Pinto escribe esta novela en primera persona dándole voz al ser humano
que hay más allá del mito. Se pone en la piel de un hombre al que su
propia vida se le hace difícil, que no soporta la idea de tener que
morir de nuevo, de sufrir de nuevo. En esta narración vamos a meternos
de lleno en la mente de Lázaro para conocer su lucha interior entre la
Fe y la incredulidad, entre el amor a Jesús y el odio que siente por él
por traerle de entre los muertos a un lugar donde todos le temen y
aborrecen por su condición de resucitado; incluso él mismo no sabe muy
bien qué lugar ocupa en este mundo ni por qué Jesús no evitó su agonía,
no tiene una explicación ni entiende el fin del milagro fuera de ser un
acto de soberbia del que se llamaba a si mismo Hijo de Dios para
demostrar al mundo que en realidad lo era. Es sobre todo un libro que
nos habla de la vida y la muerte, el desarraigo, el sufrimiento del
diferente, las dudas ante lo incomprensible que a veces puede ser la
propia vida y siempre es la muerte.
La carga teológica de esta novela es mínima, y sin embargo
no se aleja apenas nada de los textos bíblicos. Lázaro nos habla de sus
dudas, remordimientos, culpas, infancia, de su relación con Jesús y los
Apóstoles. Se nos muestra débil y humano, con sus contradicciones,
deseos y esperanzas, pero también con sus frustraciones y rencores. La
acción se desarrolla en los últimos días de Jesús: su apresamiento,
pasión y muerte. La autora nos sorprende ficcionando (o no) el papel que
ocupó Lázaro en la traición de Judas y las razones del propio Judas; lo
sitúa también al pie de la cruz y nos regala una disertación sobre la
vida y su sentido, sobre la existencia o no de una vida más allá de la
muerte, sobre la resurrección del propio Mesías, sobre la incomprensión
de Lázaro -que sabe lo que es morir- ante la entrega voluntaria de una
persona a la agonía y a la muerte.
Decir que me ha encantado
esta lectura se queda muy muy corto. He tardado casi una semana en
leerla porque he releído capítulos enteros, tal es la belleza de la
prosa de Julieta Pinto. Pura poesía fuerte, potente, punzante. La
alternancia del pasado y presente, siempre en primera persona con Lázaro
como narrador, lo fácil que ha hecho que me meta realmente dentro de la
cabeza de él, cómo ha conseguido la autora en tan pocas páginas (105)
ponerme la piel de gallina y la cantidad de fragmentos marcados me
aseguran que volveré a esta lectura en un momento no muy lejano. No os
podéis perder este libro, porque de verdad que, más allá de cuales sean
vuestras creencias (esto no va sobre creer o no creer), es una auténtica
delicia que os va a maravillar.
"¿Cómo decirle que no puedo perdonarle
este retorno a la vida ahora que ya conozco la muerte? (...) arruinó mi
vida desde que me arranco de la muerte." (Págs.12-13)
"¿cuándo
podré emerger de esa duda que me lanza hacia la incredulidad, y también
hacía la fe? (...) ¿Cómo voy a creer en la vida si conozco la muerte?"
(Pág. 45)
"(...) maldigo a Jesús por haberme dado esta vida seca,
desértica, sin esperanza. (...) maldigo una y mil veces este horror,
esta desgracia sin nombre de ser el resucitado, el maldito del que todos
se apartan con terror. Quisiera fulminar el cielo y la tierra." (Pág.
64)
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